Ángela Petrizzo, hija de Michele Petrizzo, propietario de la torre Solano, ubicada en la avenida Francisco Solano de Caracas, denunció que actualmente el edificio está, de manera ilegal, en manos de la empresa Liderazgo Tercer Milenio C.A., dirigida por Jesús Petit Da Costa, Vladimir Petit Medina, esposo de la periodista Ana Beatriz (Nitu) Pérez Osuna, y Wladimir Lancianese. «Después de 25 años de pleitos, donde ya mi padre murió, solo queda mi madre. No hemos podido hacer nada. El inmueble se va deteriorando día a día. Mi madre cada vez se deteriora más. Necesito que alguien haga justicia”, expresó Ángela Petrizzo.
La historia de la torre Solano comenzó en 1986, cuando Michele Petrizzo, inmigrante italiano, adquirió los terrenos para levantar el edificio de ocho pisos a través de su empresa Promociones 86 C.A. El proyecto, financiado con un préstamo del Banco Construcción C.A., fue culminado en 1991, aunque debido a diferencias con la municipalidad sobre la zonificación, el edificio recibió una habitabilidad parcial. En 1992, el inmueble fue arrendado a Petróleos de Venezuela C.A. (Pdvsa), quienes lo utilizaron como instituto de formación, el Centro Internacional de Educación y Desarrollo (CIAD). Sin embargo, en 1999, el contrato fue rescindido por Pdvsa y, tras quedar vacío, el edificio fue puesto nuevamente en alquiler.
Apropiación del edificio
Fue entonces cuando Jesús Petit Da Costa se presentó como interesado en arrendar la torre Solano. Con promesas de establecer una universidad a través de la empresa Liderazgo Tercer Milenio C.A., la familia Petrizzo aceptó el acuerdo. No obstante, tras firmar el contrato, Petit Da Costa dejó de pagar el alquiler un año después.
En 2017, la familia Petrizzo descubrió que el inmueble iba a ser subastado, sin haber sido notificados previamente. Tuvieron que movilizarse rápidamente para evitar que se vendiera lo que, según Ángela Petrizzo, es una propiedad legítimamente perteneciente a Promociones 86 C.A. Mediante un amparo constitucional interpuesto por la familia Petrizzo, se logró paralizar el remate del edificio. Tras varios intentos fallidos de recuperación del inmueble y con la complicidad de la familia Petit y de Wladimir Lancianese, un abogado asociado, la familia Petrizzo se ha visto empujada a un desgaste emocional y físico, en especial Celia Míguez, la madre de Ángela e inmigrante española, quien padece serios problemas de salud.

Indemnización y justicia
La hija de Michele Petrizzo denunció que, además de la ocupación irregular, falta la correspondiente indemnización por el uso y disfrute del inmueble durante más de 20 años, en los que no se ha realizado retribución alguna a la familia Petrizzo, a pesar del aprovechamiento continuo del edificio.
Ángela Petrizzo mencionó que, gracias a la intervención del ministro Diosdado Cabello, se intentó retomar el caso, pero aún no se ha logrado resolver la situación. «Wladimir Lancianese tuvo contacto con un familiar mío, gracias al que el señor Diosdado Cabello lo sacó a la palestra, quería hablar y negociar para devolvernos el edificio, pero no ha sucedido más nada”, comentó.
La familia continúa en la búsqueda de justicia, a la espera de recuperar lo que consideran el esfuerzo de toda una vida de trabajo. «Si nos pueden devolver el edificio, y que mi pobre madre vea la justicia… Mi mamá lleva un concentrador, tiene problemas en el corazón, tiene problemas en los pulmones, a duras penas camina, el concentrador lo usa día y noche», expresó Ángela Petrizzo sobre la inmigrante española, Celia Miguez de Petrizzo, quien llegó a Venezuela cuando tenía 19 años.
La historia de la Torre Solano es una de lucha por la justicia y la recuperación de lo que, en opinión de la familia Petrizzo, es un bien despojado de forma ilegal. El llamado es claro: Ángela Petrizzo pide que se haga justicia.